Por su esencia, Montero es una de las ciudades intermedias más dinámicas de Bolivia, no solo por la dinamicidad de sus potenciales económicos, sino también por efectos propios de la coyuntura y la actualidad que vive el país.
Esa rutina dinámica, influye también en que sus tendencias de crecimiento urbanístico sean cambiantes, así lo revelan los datos del Plan Regulador de la Alcaldía de Montero, que hasta hace menos de un quinquenio mostraba una fuerte inclinación de los inversionistas en urbanizar predios al este y norte de la ciudad, hoy, esa preferencia la tiene el lado sur de la capital de la provincia Obispo Santistevan.
Haciendo un análisis de los últimos registros de trámites que tiene la Alcaldía de Montero, para la regularización de proyectos urbanísticos, que suman alrededor de siete, dos de ellos aprobados en esta gestión, pero que se iniciaron en la anterior, es evidente que el lado sur de la ciudad, tiene mayor incidencia.
Otra novedad que se ve en estos nuevos proyectos, es que los urbanizadores están apostando a invertir en mejoras adicionales ya sea en equipamiento o infraestructura en sus proyectos, lo que además de dar plusvalía a los predios, otorgan facilidades extras para sus posibles clientes.
Para el director del Plan Regulador, Jorge Patzi Méndez, las cualidades propias de Montero hacen que las tendencias en las preferencias de los inversionistas en proyectos urbanísticos sean totalmente cambiantes, por ello, hoy esa realidad está hacia el sur.
De acuerdo a la mirada del arquitecto y responsable de la planificación urbana de la ciudad, factores como la proximidad a la vía troncal que une a Montero con Warnes, el fácil acceso y el desarrollo mismo de la zona, es lo que vuelve atractivo al sur.
Asimismo, Patzi remarca que no solo ha cambiado la tendencia respecto a la ubicación de estas inversiones, sino la forma en que se están haciendo los procesos de aprobación, lo que considera ventajoso para el inversor, la Alcaldía y los futuros compradores.
“Con un proceso de urbanización adecuado totalmente a las normas, lo que implica respetar la planificación misma de la ciudad, ganan todos. Por un lado, el inversionista se asegura los mecanismos legales para poder ofrecer y comercializar sus terrenos, por el otro, la Alcaldía mejora sus ingresos de manera eficiente porque se cuentan con datos reales del proyecto, y por último y quizás lo más importante, el comprador tiene la seguridad de que su inversión está bien resguardada”, aseveró Patzi.
“Estos son elementos que los asentamientos fuera de norma no pueden garantizar”, sentenció.
